Efesios 3.14-19

La Biblia dice que Dios nos ama, y la cruz lo demuestra. Sin embargo, esto es solo una verdad intelectual para algunos creyentes en lugar de una experiencia práctica. El problema no está en el Señor, sino en nuestra capacidad para percibir su cuidado.

Un obstáculo puede ser la tendencia a medir el amor de Dios según las circunstancias de la vida. Cuando el Padre celestial permite tragedias y dolor, algunos lo consideran indiferente. La antigua pregunta se vuelve entonces muy personal: “¿Cómo puede un Dios amoroso permitir el sufrimiento?”. Nunca entenderemos por completo sus caminos (Is 55.8, 9), pero podemos estar seguros de que su compasión y amor son inagotables, y que, en el cumplimiento del tiempo, Él hará que todo esté en orden.

Sentirse indigno también puede obstaculizar la aceptación del amor de Dios. Enfocarse en los pecados del pasado o compararse con los demás roba el gozo. Recuerde que el amor divino se basa en el carácter de Dios, no en lo bien que hagamos las cosas.

El Señor quiere que cada uno de nosotros experimente su gran amor de una manera personal. No permita que las mentiras del enemigo o las dificultades de la vida le roben el gozo y la seguridad de esta gran bendición. Cuando surjan las dudas, apóyese en la verdad de la Palabra de Dios. Él le ama.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 CRÓNICAS 11-14