Cuando Neil Douglas abordó su vuelo para Irlanda, descubrió que su asiento estaba ocupado por otro pasajero, entonces empezó una conversación para resolver el problema. Cuando el pasajero levantó la vista para responder, ¡Neil estaba frente a frente con su doble! Los demás pasajeros se reían del parecido, mientras ellos se tomaban una selfi. Después, se volvieron a encontrar al registrarse en el mismo hotel, y luego en un bar. A la mañana siguiente, descubrieron que su foto se había vuelto viral en las redes debido a su sorprendente parecido.
Ser parecido a otro ser humano es sorprendente para los que no son biológicamente mellizos, pero la Biblia dice que empezaremos a parecernos más a Dios a medida que lo seguimos. En el Antiguo Testamento, el rostro de Moisés cambió al encontrarse cara a cara con Dios (ver Éxodo 34:33-35; 2 Corintios 3:7).
Hoy vemos la gloria de Jesús revelada en personas que son transformadas «en la misma imagen» por el ministerio del Espíritu (2 Corintios 3:18; ver v. 8). Nuestro creciente conocimiento y amor a Dios produce una transformación moral y espiritual que es visible, tanto interna como externamente. Cuando Dios «cambia la imagen» de nuestros corazones y mentes, se hace evidente a nuestros compañeros en esta travesía de la vida.
De: Kirsten Holmberg