En 2018, el pastor Tan Flippin tuvo un accidente que lo llevó a un hospital con fracturas en la cadera. Cuando los médicos pidieron una tomografía computarizada para verificar si había algún traumatismo, descubrieron un tumor maligno en su cerebro. Esto llevó a descubrir otros tumores y a largos tratamientos, incluido un trasplante de médula. Flippin cree que Dios permitió el accidente para que le descubrieran el tumor cerebral.

Pablo les dijo a los filipenses que Dios puede usar accidentes y otras adversidades para su gloria. Aunque estaba en prisión domiciliaria en Roma y esperando ser juzgado por Nerón por un delito con sentencia de muerte, no estaba triste sino regocijándose. ¿Cómo podía regocijarse? Consideraba que sus «prisiones […] en Cristo» (Filipenses 1:13) eran un privilegio (v. 29). Luego, adoptando la perspectiva de Dios sobre su adversidad, declaró: «las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio» (v. 12). Pablo usó su encarcelamiento como una oportunidad para compartir el evangelio con los guardias a los que estaba encadenado. Finalmente, su ejemplo alentó a otros creyentes a «hablar la palabra sin temor» (v. 14).

Cuando surjan adversidades, confiemos en la perspectiva de Dios y creamos —aunque sea difícil— que Él puede producir algo bueno.

De: Marvin Williams