2 Crónicas 20.1-25

Ante la derrota segura de su nación, el rey Josafat adoró a Dios. De hecho, al leer el pasaje de hoy es posible que le resulte difícil separar la petición de la alabanza.

El rey llevó al pueblo a glorificar a Dios por su salvación en el pasado. Al enfocarse en Él, los israelitas recordaron de nuevo cómo el Padre celestial había intervenido antes. Esto era justo lo que Él les había dicho que hicieran: enseñar a sus hijos acerca de sus caminos (Dt 6.7) para que sus vidas lo honraran. Eso, a su vez, genera valentía y fortalece la fe.

La alabanza del pueblo allanó el camino para su total dependencia de Dios. Las posibilidades de que el pequeño ejército israelita derrotara a la fuerza unida de tres enemigos eran escasas. Sin embargo, en su estado mental de adoración, el pueblo podía reconocer su debilidad y esperar la intervención divina. Dios les dio una solución extraordinaria: no hacer nada. Israel estaba preparado espiritualmente para ir en contra de la lógica humana y obedecer su mandato.

Dios también está dispuesto a guiarle a usted a la victoria en tiempos difíciles. Dirija su mente y corazón hacia el Señor, y Él ampliará su visión de quién es Él y de lo que puede hacer por usted.

BIBLIA EN UN AÑO: 1 CRÓNICAS 4-6