Después de años de discipular a Caleb, Marcos se desalentó al enterarse de que un líder de la iglesia le había asignado otro mentor. El líder señaló: «Por fin, Caleb tiene un mentor».
¿Qué creen que estuve haciendo todos estos años?, se preguntó Marcos. Aunque no había esperado ninguna recompensa ni reconocimiento, no podía evitar sentirse dolido.
Sin embargo, años después, Caleb le dijo a Marcos que él se le había acercado cuando más necesitaba guía espiritual. Al oír esas palabras alentadoras, Marcos entendió esto: Dios da a los creyentes en Jesús dones específicos para servirle de maneras diferentes —sin compararse con otros—, y Él supervisa el momento.
En 1 Corintios 12:4-31, Pablo enfatiza el valor de los miembros del cuerpo de Cristo, la iglesia, que tienes diferentes dones, ministerios y operaciones. Y en el capítulo 3, nos recuerda quién es la fuente suprema de los resultados: «Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios» (v. 6).
A cada uno de nosotros se nos ha dado una oportunidad y etapa para hacer la obra de Dios. Mantengamos nuestros mirada y nuestro corazón centrados en hacer lo mejor en la etapa que Dios nos ha asignado y no nos preocupemos por lo que otros logren a su manera y en su tiempo.
De: Leslie Koh