Hebreos 4.14-16

A pesar de que la tecnología nos permite mantenernos conectados, muchas personas se sienten solas. La verdadera solución para sanar el dolor del aislamiento es una relación personal con el Señor.

Cuando iba a crear a Adán, Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen” (Gn 1.26). La humanidad fue creada para tener comunión con el Padre celestial. Adán y Eva tenían un vínculo estrecho con el Señor, pero su desobediencia causó una ruptura en la relación. Una vez que el pecado entró en el mundo, toda persona nacida estaría manchada por él y, en consecuencia, separada de Dios (Is 59.2). Sin embargo, gracias a su amor, el Señor previó una manera de cerrar la brecha entre Él y la humanidad.

El Señor Jesucristo tomó nuestras transgresiones sobre sí cuando murió en el Calvario, borrando la mancha del pecado. Quien confía en su sacrificio para el perdón de los pecados es reconciliado con Dios, es decir, restaurado de inmediato a una relación correcta con el Señor.

La reconciliación con el Señor significa que nunca estamos solos (Dt 31.6). Podemos sentirnos solos de vez en cuando, pero el Espíritu Santo que habita en nosotros (Jn 14.17) es nuestro compañero constante que consuela nuestro corazón.

BIBLIA EN UN AÑO: 1 CRÓNICAS 16-18