Los locales lo llaman «El camino a ninguna parte», pero su nombre oficial es Lakeview Drive. Es un tramo pintoresco de casi diez kilómetros, con vista al lago Fontana en el Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes, cerca de Bryson City, Carolina del Norte. Tras pasar un túnel de 360 metros de largo excavado en un lado de la montaña, el camino se detiene abruptamente. El gobierno gastó millones de dólares hasta que, por problemas ambientales descubiertos más tarde, el proyecto se abandonó.
Jesús, de oficio carpintero, relató una vez una parábola sobre calcular el costo de seguirlo. Preguntó: «¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?» (Lucas 14:28). Le sigue otra parábola sobre un rey que considera el costo de ir a la guerra, y plantea la misma idea. Al hablarles a «grandes multitudes [que] iban con él» (v. 25), Cristo quería que entendieran que había un costo para creer sinceramente en Él y seguirlo.
Seguir a Jesús tan solo por lo que puede hacer por nosotros es un «camino a ninguna parte». Pero seguirlo por Él, llevando nuestra «cruz», como lo describe en el v. 27, cambia todo. Hay que calcular el costo. Pero Él lo vale.



