Ya que Dios tiene pleno conocimiento y sabiduría (Ro 11.33), Él sabe con exactitud cómo debe vivir cada uno de sus hijos. No obstante, por nuestra comprensión humana y finita, a veces nos cuesta entenderlo. Considere estos cinco obstáculos comunes:
1. La duda es una razón por la que podríamos perdernos lo que Dios quiere para nosotros: nos preguntamos si Él de verdad está interesado en nuestros problemas y cuestionamos su plan.
2. La sensación de no ser digno puede ser un obstáculo. Si nos sentimos indignos, podríamos negarnos a confiar en Dios.
3. El ajetreo a menudo lleva a la deriva. Como estamos ocupados en otras cosas, dejamos de preguntarnos qué quiere Dios para nosotros.
4. El miedo nubla nuestro juicio y dificulta nuestra capacidad para entender y seguir su plan.
5. El pecado deliberado, como persistir en pensamientos o acciones incluso cuando sabemos que están mal, nos impide vivir en el centro de los propósitos de Dios.
Reemplace estos cinco obstáculos con la verdad: la cruz de Cristo revela tanto la fiabilidad de Dios como nuestro valor a sus ojos. La cruz confirma la importancia de Cristo y enfatiza la perfección de los planes de Dios para nuestra vida.
BIBLIA EN UN AÑO: NEHEMÍAS 4-7