2 Corintios 12.7-10

A ninguno de nosotros >nos gusta sentirnos débiles, pero la verdad es que, incluso la fortaleza humana más grande es débil y defectuosa en comparación con la de Dios. Su poder no tiene límites (Jer 32.17).

El Señor puede producir cambios dramáticos en nuestra vida, pero cuando eso suceda, debemos tener cuidado de no atribuirnos el mérito. Más bien, debemos reconocernos como ramas, cuya vitalidad y éxitos se deben a nuestra conexión con Dios, quien es representado como la vid (Jn 15.5). En 2 Corintios 4.7, el apóstol Pablo utilizó una imagen perfecta para describir esta dinámica: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.

Sin duda, Pablo enfrentó adversidades: había sido encarcelado, golpeado, perseguido y sufrido naufragios. Además, luchaba todo el tiempo con una aflicción personal, a la que se refería como su “aguijón en la carne” (2 Co 12.7). Dios usó estas cosas en la vida de Pablo para mantenerlo centrado en el poder divino, no en el suyo propio. ¿Qué debilidades hay en su vida que Dios podría estar usando para que mantenga sus ojos en Él? Alábelo hoy por cualquier cosa que le lleve a depender solo de Él.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 CRÓNICAS 18-20