¿Qué cree usted que pasa por la mente de los corredores de un maratón? Naturalmente, consideran con cuidado los desafíos del recorrido y planifican la mejor manera de enfrentarlos. Pero si solo se concentraran en la dificultad de la carrera, podrían fallar fácilmente. Por eso, los corredores también suelen imaginarse cruzando la línea de meta.
Sería sabio mantener un patrón de pensamiento similar. La visión de Dios es que compartamos su mensaje de esperanza con todo el mundo (Lc 24.47). Como un maratón, es una tarea enorme, y muchos cristianos se detienen por miedo, la barrera del idioma o no saber cómo empezar. Pero no debemos permitir que eso nos frene.
Es importante identificar las limitaciones que nos hemos impuesto y recordar que el Señor ha prometido estar con nosotros “hasta el fin del mundo” (Mt 28.20). También necesitamos confiar en el poder del Espíritu Santo. Recuerde que Cristo dijo que lo que sería imposible para el hombre es posible para Dios (Lc 18.27).
Una vez que entendamos que no tenemos nada que temer, se nos hace más fácil aceptar nuestra misión y la dirección del Espíritu Santo.
BIBLIA EN UN AÑO: HECHOS 8-9



