Salmo 95.6-8

¿Por qué dos creyentes pueden orar sobre un mismo asunto y salir con respuestas y actitudes del todo diferentes? La verdad es que cada uno de nosotros viene a Dios con sus propias experiencias y expectativas de vida. Si queremos escuchar su voz con claridad, primero debemos considerar tres cosas que influyen en nuestra capacidad de escuchar:

1. Nuestra relación con el Señor. Ni Dios ni los fundamentos de la fe cambian, pero Él sí adapta su mensaje a los creyentes según su madurez espiritual y su situación.

2. Nuestra comprensión de quién es Dios.La manera en que vemos al Señor influye en cómo lo escuchamos. Si lo vemos como un Padre amoroso, recibiremos su voz alentadora y su amorosa disciplina. Pero si lo vemos como severo, podemos sentir que nunca cumpliremos sus expectativas.

3. Nuestra actitud hacia Dios.Como es natural, si venimos al Señor con orgullo, no estaremos inclinados a escuchar su voz. En cambio, si lo hacemos con un corazón humilde, escucharemos su Palabra y la recibiremos con gozo (Sal 119.97, 98).

Dios sigue hablando hoy. Reflexione sobre lo que pueda impedir que reciba su mensaje. Sea cual sea el obstáculo, póngalo delante del Señor y pida escucharlo con mayor claridad.

BIBLIA EN UN AÑO: EZEQUIEL 40-42