Nuestro Padre quiere que sepamos que tenemos vida eterna a través del Señor Jesús. ¿Qué seguridades tenemos de que estamos permanentemente seguros?

El amor de Dios. Una razón para estar seguros de la salvación es el amor incondicional de nuestro Padre, quien en la cruz envió a su Hijo para darnos vida eterna (1 Jn 4.9, 10).

La vida y la muerte de Cristo. Ya que Cristo jamás pecó, tomó la muerte que merecíamos y logró la salvación que nosotros no podíamos conseguir. Nos rescató del pecado y aseguró nuestra vida eterna (2 Co 1.10).

La promesa de Cristo. Tenemos la seguridad de nuestro Señor de que todos los que le reciben como Salvador pasarán la eternidad con Él. Prometió que jamás seremos separados de Él y que nadie puede arrebatarnos de su mano (Jn 10.28).

El Espíritu Santo. Otra garantía de la seguridad eterna es la presencia del Espíritu Santo en cada creyente. Él actúa como sello, certificando que pertenecemos al Señor y garantizando nuestro futuro en el cielo (2 Co 1.21, 22).

Tomemos un momento para agradecer a Dios por la salvación, y por llenar su Palabra con sus promesas para que podamos estar seguros.

BIBLIA EN UN AÑO: APOCALIPSIS 9-12