2 Timoteo 2.11-13

Todos experimentamos momentos en los que las circunstancias parecen imposibles de superar, las oraciones parecen no ser respondidas y Dios parece distante.

Durante períodos como esos, algunos creyentes vacilan en su fe, mientras que otros se fortalecen. ¿Qué provoca respuestas tan opuestas al sufrimiento? La clave radica en la comprensión y la confianza en la fidelidad de Dios. El Señor nunca cambia: siempre actúa con rectitud, permanece fiel a sus promesas y es del todo confiable (Sal 90.1, 2).

¿Confiamos en Dios lo suficiente para obedecer, incluso cuando parece una locura? ¿Creemos que responde a las oraciones, aunque no veamos respuestas inmediatas? ¿Estamos sacrificando deseos egoístas por su promesa de eternidad, gozo y paz? Si la respuesta es “no”, puede reflejar una comprensión limitada de Dios. Por eso, la lectura de la Biblia es clave: por medio de ella, aprendemos quién es y fortalecemos nuestra confianza en Él.

La fidelidad del Señor no depende de nuestras circunstancias, emociones ni de nuestra propia lealtad. Él es fiel a su Palabra y a su naturaleza. Piense en esto: ¿Cómo sería su vida si confiara por completo en que Dios es inmutable y digno de confianza?

BIBLIA EN UN AÑO: PROVERBIOS 19-21