Dios tiene maneras de sacudir el mundo cuando se dispone a realizar algo grande. Literalmente hizo temblar la Tierra cuando Jesucristo murió en la cruz y después de Pentecostés (Mt 27.51; Hechos 4.31). Estos sucesos fueron mensajes poderosos, que indicaban: ¡Presten atención porque están sucediendo cosas importantes!
Hoy, quizás no haya un terremoto a nuestro alrededor, pero el Señor sin duda está sacudiendo algunas cosas. Las personas a menudo construyen sus vidas sobre los débiles cimientos de su propia sabiduría, bondad e ingenio. Pero solo hay un fundamento seguro: Jesucristo (1 Co 3.11).
Dios permite la agitación en el mundo que ha creado con el propósito de sacudir a la Iglesia de su apatía y enfoque en sí misma, recordando a los creyentes que no confíen en las estructuras temporales. Debemos confiar en el fundamento seguro del amor, la salvación y el reino de Dios, presentes aquí y ahora.
Como embajadores del Señor en la Tierra, y los únicos que estamos sobre terreno firme, tenemos la responsabilidad de ofrecer esperanza real a aquellos cuyo fundamento se ha vuelto inestable. Ningún trabajo, gobierno o religión puede dar a una persona seguridad a largo plazo. Una relación con Jesucristo es el único refugio duradero.
BIBLIA EN UN AÑO: JOB 9-12