Juan 1.1-9

En la Biblia, la luz se asocia con lo bueno. Por ejemplo, Cristo dijo: “Yo, la luz, he venido al mundo” (Jn 12.46). Una vez que confiamos en Él como nuestro Salvador, vive en nosotros a través del Espíritu Santo que mora en nosotros. Esto significa que cuando somos salvos, tenemos la luz de Cristo (Jn 8.12).

Antes de ascender al cielo, Cristo instruyó a sus seguidores a “hacer discípulos de todas las naciones”(Mt 28.19, 20). En otras palabras, debemos llevar la luz por todo el mundo. Pero ¿cómo podemos hacerlo? Aquí hay tres maneras:

1. Dios enviará a algunos de nosotros al extranjero para compartir la verdad de Jesucristo. Hay personas que nunca han oído hablar de la salvación, y podemos ir como misioneros para contarles.

2. El Padre celestial también nos llama a difundir la buena nueva justo donde estamos. La esperanza del evangelio se necesita en nuestros vecindarios, familias y lugares de trabajo.

3. El Señor nos pide de los recursos que ha provisto, ya sea dinero, capacidades o dones. Él quiere que seamos generosos para que el mensaje de salvación pueda ser proclamado por el mundo.

¿Está usted dispuesto a hablar a otros sobre el Salvador de la manera que Cristo tenga en mente? Pregúntele cómo le gustaría que comparta su luz en el mundo.

BIBLIA EN UN AÑO: HECHOS 3-4