1 Pedro 1.13-16

Primera de Pedro 1.16 dice: “Sed santos, porque yo soy santo”. ¡Qué mandamiento tan abrumador! Pero eso es justo lo que el Señor se compromete a hacer en nuestra vida: hacernos santos. Su grandioso plan puede resumirse en la palabra santificación. Este es el proceso de tres etapas por el cual nos aparta para sus propósitos.

La primera etapa ocurre en el momento de la salvación. Cuando Dios nos declara justos, somos santos posicionalmente.

La segunda etapa es una progresión de crecimiento en la que nos volvemos cada vez más santos en la práctica. Este proceso continuará toda nuestra vida. Para conformarnos a imagen de su Hijo, el Padre obra para moldear nuestro carácter, conducta y conversación (2 Co 3.17, 18).

La tercera etapa de la santificación es nuestra santidad absoluta, cuando muramos físicamente, seremos liberados del pecado y en la resurrección nuestros cuerpos serán renovados. Ya no tendremos culpa ni mancha delante de Cristo.

Si pudiéramos vislumbrar lo que será la tercera etapa, nunca nos quejaríamos del difícil proceso de santificación que soportamos ahora. Nuestros ojos estarían fijos en la meta y nuestra mayor motivación sería glorificar a Dios.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 REYES 4-6