En 2021, el actor de Viaje a las estrellas, William Shatner, tuvo la oportunidad de ser lanzado al espacio en un cohete. Tiempo después, reflexionando sobre el viaje, dijo que todo lo que había esperado de la experiencia había sido un error. Pensó que la inmensidad del espacio le iba a dar un profundo sentido de conexión con todos los seres vivos, pero en cambio, sintió tristeza; descubrió que la oscuridad del espacio era fría y vacía, lo que le generó una nueva conciencia sobre la belleza y la fragilidad de la tierra.

Pocos se han aventurado a ir al espacio para experimentarlo de primera mano. El relato bíblico sobre la obra de Dios al crear el cosmos nos invita a verla a través de sus ojos. Lo primero que se registra es que creó «los cielos y la tierra», ordenó la tierra que estaba «desordenada y vacía» y «separó […] la luz de las tinieblas» (Génesis 1:1-2, 4). El resto del relato va revelando todo lo bueno que Dios hizo, incluidos las plantas, los animales y, finalmente, los portadores de su imagen: los seres humanos.

Mientras que incluso el universo más oscuro y lejano revela el poder de Dios, se nos ha concedido un discernimiento especial de su obra aquí mismo en la tierra. La belleza que nos rodea nos llama a adorar a Aquel que lo hizo todo.

De:  Kirsten Holmberg

Reflexiona y ora

¿Cuándo te llevó Dios a adorarlo por su creación? ¿Qué puedes agradecerle hoy con respecto a la creación?
Dios, te adoro por ser el creador de todo.