Mire a su alrededor. En esta época, muchos disfrutan los aspectos seculares de la Navidad, como festejar con familiares y amistades o ver películas de Navidad. Pero algunos son menos receptivos a la verdadera razón del gozo: el nacimiento del Salvador.

Esta hostilidad no es nueva. Herodes se enfureció al saber que los magos no le dieron la ubicación del Rey de los judíos. Su ira venía del deseo de poder y control, sin querer ser destronado. Quizá hoy algunas personas rechazan celebrar el nacimiento de Cristo por la misma razón: no quieren que nadie más “gobierne sus vidas”.

Romanos 1.18 dice que quienes rechazan al Señor Jesús han obstruido la verdad. Otros no vienen a la Luz por temor a que sus obras sean expuestas (Jn 3.19, 20). Pero no debemos asumir que la salvación es imposible para alguien que es hostil al Señor. Después de todo, Pablo persiguió a la Iglesia antes de su conversión, y llegó a ser uno de sus más grandes testigos.

A veces, quienes se oponen al verdadero significado de la Navidad pueden sentirse perdidos. Pero recuerde que nadie está fuera del alcance de Cristo. Por tanto, haga espacio en su corazón para quienes no conocen al Señor, y ore para que estén abiertos a ver la Navidad de una manera nueva.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 PEDRO 1-3