David Uttal es un científico cognitivo que estudia la navegación, pero tiene problemas para orientarse en ubicaciones geográficas. Este no es un problema nuevo para él, sino que se remonta a cuando tenía trece años y se perdió durante dos días y medio en una caminata. Uttal admite que sigue siendo terrible para las direcciones simples en la vida. Pero algunos son navegadores naturales; saben exactamente dónde están y cómo llegar a su destino. Otros, como Uttal, luchan incluso con indicaciones claras y suelen perderse.
El salmista también se sintió desorientado y perdido: «Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos» (Salmo 119:176). Se comparó con una oveja descarriada. Aunque las ovejas pueden ser criaturas valiosas, también son notoriamente rebeldes y, a veces, se alejan de su pastor. Esto hace que necesiten ser rescatadas. Las habilidades de navegación del salmista se habían deteriorado, por eso necesitaba que Dios lo buscara y le diera «entendimiento» (v. 169).
Cuando nos alejamos de Dios, Él nos ama lo suficiente como para buscarnos y guiarnos de regreso a su lado. A medida que el Señor nos ayuda a entender las Escrituras y seguimos «todos [sus] mandamientos» (v. 172), podemos evitar perdernos espiritualmente.