Mateo 5.10-12

Los mandamientos de Dios a veces desafían la lógica humana. En el pasaje de hoy, por ejemplo, Él nos dice que debemos regocijarnos en la persecución. Eso no tiene sentido hasta que entendemos el efecto de la alabanza: nos mantiene enfocados en el Señor y en las cosas buenas que Él puede sacar de nuestro sufrimiento.

El apóstol Pablo enfrentó abusos y sufrimientos más grandes que la mayoría de nosotros alguna vez experimentaremos. Fue golpeado, llevado a juicio y encarcelado, pero miraba más allá de esas dificultades hacia lo que el Señor estaba llevando a cabo por medio de su vida.

Si creemos que Dios está en control y cumple sus promesas, entonces debemos confiar en el principio de Romanos 5.3-5. Este pasaje nos asegura que nuestras dificultades tienen un propósito: desarrollar nuestra paciencia, fortalecer nuestro carácter y consolidar nuestra esperanza.

El Señor saca lo bueno de nuestras adversidades, como hizo con Pablo. Todos enfrentamos dudas, pero si las dejamos dominarnos, será difícil alabar a Dios por lo que hace en nuestra vida. Sin regocijo, corremos el riesgo de rendirnos antes de que Él termine su obra. La alabanza nos ayuda a mantener el enfoque en Él y en su propósito, para perseverar y recibir nuestra recompensa.

BIBLIA EN UN AÑO: ISAÍAS 50-53