Los magos vinieron del Oriente solo para adorar al Rey de los judíos. Guiados por una estrella, recorrieron cientos de millas creyendo en la dirección de Dios. Al llegar a Belén, se humillaron y ofrecieron regalos al niño Jesús. Aunque ricos y sabios, reconocieron que Él era mucho más grande que ellos.
¿Es el Señor Jesús el centro de nuestras celebraciones, o hemos dejado que otros intereses ocupen el lugar principal? Mantener las prioridades puede ser difícil en estas fechas. Pero perdemos el verdadero sentido cuando nos enfocamos solo en los regalos bajo el árbol y pasamos por alto el regalo en el pesebre.
Es fácil desviarse de lo que realmente importa. Para evitarlo, imaginemos todas las incomodidades, obstáculos y riesgos que los magos enfrentaron en su búsqueda del Rey niño. Como aquellos magos, que nosotros sigamos también al Salvador, cueste lo que cueste.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 JUAN 1-5



