Salmo 23

A veces cometemos el error de considerar a los hombres y mujeres piadosos de las Sagradas Escrituras como si estuvieran en una categoría especial. Pensamos y hablamos de ellos como si fueran superhéroes que Dios levantó para hacer su obra. Pero la verdad es que eran personas como nosotros.

Estos santos de la Biblia experimentaron dificultades extremas y a menudo soportaron la soledad al llevar a cabo su llamado. Sin embargo, se aferraron a la promesa de que Dios estaría con ellos (Dt 31.6, 8). Por eso David pudo escribir: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Sal 23.4).

Los hombres y mujeres de fe en la Biblia estaban convencidos de que hacían la obra de Dios, lo que les daba celo y valentía inquebrantables. Nosotros también estamos haciendo la obra del Señor en el mundo. Aunque no recibamos reconocimiento o enfrentemos persecución, podemos estar seguros de que Dios estará con nosotros, dándonos poder para cumplir su propósito.

La herencia de los piadosos en las Sagradas Escrituras es la confianza en el Señor y el valor para seguirlo, incluso cuando la obediencia sea incómoda o difícil. Su herencia puede ser la misma cuando decida obedecer al Señor.

BIBLIA EN UN AÑO: SALMOS 44-49