Como creyentes, todos flaquearemos de vez en cuando en nuestra fe. Cuando eso suceda, ¿cómo podemos mantener las dudas al mínimo? La clave es permanecer enfocados en el Padre celestial para que podamos avanzar en su voluntad para nuestra vida.
Pensemos en José, quien confió en Dios durante sus experiencias desgarradoras. La fe lo sostuvo en medio de la traición, la esclavitud y el encarcelamiento. Apoyándose en su confianza en el Padre celestial, José no dejó que sus circunstancias, el entorno o las opiniones de los demás lo desviaran de actuar de acuerdo con la voluntad de Dios. Decidió hacer su trabajo con excelencia. Sus tareas en la casa de Potifar quizás eran poco importantes, pero las realizaba como si trabajara para el Señor (Col 3.23, 24). Este tipo de compromiso le valió a José la atención y el respeto de su amo, y el esclavo hebreo fue recompensado con mayores responsabilidades. Génesis 39.23 dice: “Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba”.
Mientras se abría paso a través de una dificultad a otra, José se mantuvo centrado en el Señor, quien le había revelado sus intenciones de elevarlo a una posición de liderazgo (Gn 37.10). José tenía un enfoque práctico: seguía pensando en Dios y sirviéndole, en vez de centrarse en sus pruebas.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 CRÓNICAS 25-27
